EN LA ACTUALIDAD
Entré en la clase de Biología y me quedé boquiabierta. Misteriosamente fijada en la pizarra había una muñeca Barbie, con Ken a su lado. Estaban cogidos del brazo y desnudos, salvo por unas hojas artificiales colocadas en puntos precisos. Sobre sus cabezas había una invitación garabateada con una tiza rosa de trazo grueso:
BIENBENIDOS A LA REPRODUCCIÓN HUMANA
(SEXO)
Vee Sky, que estaba sentada a mi lado, dijo:
-Por esto están prohibidos los móviles con cámara. Unas fotografías de eso en la revista digital es todo lo que necesito para que la junta directiva quite la clase de Biología. Y entonces dispondríamos de esta hora para poder hacer algo productivo, como recibir tutorías personalizadas de chicos guapos de los cursos superiores.
-Venga, Vee-respondí-. Juraría que estaba deseando que llegara este tema desde que comenzó el semestre.
Ella pestañeo y sonrió con picardía.
-Esta clase no va a enseñarme nada que no sepa.
-Vee se escribe con V de virgen, ¿verdad?
-No grites tanto.- Me guiñó un ojo justo cuando sonó el timbre.
Fuimos a ocupar nuestros asientos, juntas en un pupitre compartido.
El entrenador McConaughy cogió el silbato que colgaba de su cuello y lo hizo sonar.
-¡Equipo, a vuestros asientos!
McConaughy consideraba que enseñar Biología en el ceuuarto curso de secundaria era una tarea de un equipo universitario de balocesto, y nosotros lo sabíamos.
-Puede que no se os haya ocurrido, chicos, que el sexo es mucho más que una visita de quince mminutos al asiento trasero de un coche. El sexo es ciencia.¿Y qué es la ciencia?
-¡Un aburrimiento!-exclamó un alumno desde el fondo del aula.
-La única asignatura que voy a suspender- terció otro.
Los ojos del entrenador se pasearon por la primera fila y se detuvieron sobre mí.
-¿________?
-El estudio de algo-respondí.
Se acercó y apoyó el dedo indice sobre el pupitre delante de mí.
-¿Qué más?
-El conocimiento alcanzado por medio de la observación y la experimentación.-Sonó bonito, la verdad como si estuviera haciendo una prueba para el audiolibro.
-Dilo con tus propias palabras.
Me toqué el labio superior con la punta de la lengua, en busca de un sinónimo.
-La ciencia es investigación.-Esta vez sonó como una pregunta.
-La ciencia es investigación-repitió el entrenador juntando las manos.-La ciencia requiere que nos transformemos en detectives.
Dicho así, la ciencia parecía divertida. Pero yo había pasado tiempo suficiente en sus clases para perder toda la esperanza.
-Y un buen trabajo de detective requiere práctica-continuó.
-El sexo también-fue el siguiente comentario desde el fondo. Todos reprimimos la risa, a la vez que el entrenador advertía al listillo apuntándolo con el dedo.
-Eso no será parte de la tarea para esta noche.-Volvió a centrarse en mí-._______, te sientas al lado de Vee desde comienzos del semestre.-Asentí, aunque tuve un mal presentimiento sobre adonde quería llegar-.Y las dos trabajáis juntas en la revista digital del instituto.-Asentí nuevamente-. Apuesto a que os conocéis muy bien.
Vee me dio una patadita por debajo de la mesa. Sabía lo que estaba pensando: que él no tenía la menor idea de cuanto nos conocíamos. Y no me refiero solo a los secretos que recogíamos en nuestros diarios personales. Vee es mi alma gemela. Ella es una rubia platino de ojos verdes, y le sobra algún que otro kilito en las curvas. Yo soy una morena de ojos grises y un pelo rizado voluminoso que se resiste a la mejor de las planchas. Y soy todo piernas, como un taburete de barra. Pero hay un hilo invisible que nos une; las dos creemos que ese vínculo comenzó mucho antes de nuestros nacimientos. y estamos convencidas de que perdurará por el resto de nuestras vidas.
-De hecho, apuesto a que todos conocéis bastante bien al compañero que tenéis al lado. Habéis decidido sentaros juntos por alguna razón, ¿no es así?Confianza. Lamentablemente , los mejores detectives evitan la confianza. Es un obstáculo para la investigación. Por eso hoy vamos a modificar la disposición del aula.
Abrí la boca para protestar pero Vee se adelantó.
-¿Qué chorrada es ésa? Estamos en abril. Es casi el final de curso. Ahora no puede salirnos con ésas.
McConaughy insinuó con una sonrisa.
-Puedo hacer lo que quiera hasta el último día de clase. Y si suspendes volverás a estar aquí el próximo semestre, y volveré a salir con esas una y otra vez.
Vee lo miró incredula. Es famosa por su ceño fruncido: su mirada lo expresa todo sin abuchear de forma audible.
Aparentemente inmune a su gesto, el entrenador se llevó el silbato a la boca, y nosotros captamos la idea.
-Quiero que todos los que estén sentados en el lado izquierdo del pupitre ( éste es el lado izquierdo) se cambien al asiento de delante. Los de la primera fila (sí, Vee, tú también)se irán al fondo.
Vee metió su cuaderno en la mochila y desgarró la cremallera al cerrarla. Yo me mordí el labio y la despedí brevemente con la mano. Luego me di la vuelta para echar un vistazo a la clase. Conocía los nombres de todos los compañeros.... excepto de uno. El alumno transferido.El entrenador nunca se dirigía a él, y al parecer él lo prefería así.